Conseguir una mejor ambientación sonora es posible a través de paneles que reducen el eco en una habitación. Además, son fáciles de instalar y adaptables a diferentes estilos decorativos.
Existen algunos espacios particulares que requieren una sonoridad especial, como los estudios de grabación que utilizan tecnologías de aislamiento sonoro para que el ruido no rebote. Sin embargo, también es posible instalar paneles acústicos en ambientes cotidianos.
Este tipo de cobertura funciona para lograr menor contaminación sonora. Además, están preparados para ser decorativos, por lo que no intervienen, e incluso mejoran el diseño de una habitación.
Oficinas de trabajo, despachos de estudio y toda actividad que precise concentración pueden ser mejoradas a través de los paneles acústicos. Te contamos cómo.
¿Para qué sirven los paneles acústicos?
Se trata de paneles con diferentes formas y colores que funcionan para absorber el sonido. Es decir, reducen el eco y la reverberación que los sonidos producen en un ambiente. A través del material con que se elaboran la mayoría, que es el fieltro PET, es posible mejorar la acústica.
La capacidad fonoabsorbente se consigue a través de materiales porosos y blandos, como la composición de los almohadones y los colchones. Sin embargo, los paneles acústicos son objetos adaptados a las paredes y los techos de las habitaciones.
La finalidad es no intervenir en la decoración del lugar, mientras se reducen los ruidos. Suelen tener tamaños que oscilan entre el medio metro y el metro, con un grosor de 3 o 4 centímetros.
Por lo tanto, son muy sencillos de colgar e instalar. De esta manera, se pueden conseguir espacios con buena acústica mediante accesorios de fácil aplicación, sin necesidad de obras complejas y con un carácter decorativo.