En medio de los avances sobre la inteligencia artificial y el uso de las criptomonedas, una nueva propuesta ha venido a aglutinar estas dos: la llamada web 3.0.
Recordemos que la web 2.0 permitió desarrollar herramientas fáciles de usar para que cualquier ciudadano pudiera crear contenidos en línea, bajo el dominio de los citados gigantes tecnológicos.
Esto provocó la llegada de las redes sociales y de la interactividad con el usuario, que pasó a ser el creador de buena parte de su contenido, pero sin recibir remuneración por ello y sin poseer el control de la información.
En ese momento surge la paradoja: las personas generan los contenidos, pero son las compañías tecnológicas las que los dominan y se ingresan los beneficios a su costa.
Circunstancias que, al menos en su filosofía, quiere venir a cambiar el siguiente paso en la evolución: la web 3.0.
En la web 3.0, la propiedad y el control de la información y los servicios estarán repartidos entre los dueños de los tokens, que al mismo tiempo podrán ser usuarios y creadores de contenidos, quienes pongan el valor que quieran a la información en estas unidades de medida y quienes intercambien contenidos y criptomonedas.
Por otra parte, busca transformarse en una macrobase de datos en la que cada usuario tenga un perfil único en la red, basado en el historial de sus búsquedas.
Ese perfil sería el que se usaría para personalizar la experiencia de navegación de cada individuo. Es decir: si dos personas diferentes han hecho una búsqueda por Internet con las mismas palabras y con el mismo servicio, recibirán distintos resultados, determinados por sus diferentes perfiles personales.
Es más: los programas de esta nueva web pueden razonar, basados en descripciones lógicas y agentes inteligentes, y utilizar reglas que expresen relaciones racionales entre conceptos y datos en la red.
La inteligencia artificial consigue crear el llamado mapa semántico que enseña a las computadoras el significado «real» de las palabras. Por ello, esta evolución está asociada al concepto de personalización y ofrece un flujo de contenidos adaptados a nuestros gustos, basándose en nuestros perfiles en la red, búsquedas, opiniones y actividad.